La IA generativa, el trabajador estadounidense y el futuro del trabajo
Alentar la actividad económica local y el desarrollo de las PYMES.

La IA generativa está a punto de reconfigurar la forma en que muchos de nosotros trabajamos y nos ganamos la vida. Sin embargo, a medida que avance la tecnología, el futuro del trabajo no estará determinado únicamente por la capacidad tecnológica. Que la IA generativa esté a la altura de su potencial para abrir nuevas posibilidades a los trabajadores y difundir la prosperidad compartida o que haga realidad los temores de exacerbar la desigualdad y el daño dependerá de las decisiones que tomen los empleadores, los responsables de las políticas, los tecnólogos y la sociedad civil. Así es cómo concluye el trabajo publicado por Brooking en un nuevo estudio sobre el impacto de la IA sobre el empleo en USA.

Los datos presentados vuelven a reflejar el espectro de cifras que se andan barajando en distintos ámbitos. Lo que nos queda por saber o preguntar es quién será en todo caso el país, el territorio o la empresa que termine por monopolizar el desarrollo de estos mercados, si hacemos caso a una autora como Marietje Schaake que en una reciente entrevista resaltaba la dificultad de regular el poder computacional, de datos y talento acumulado por un puñado de empresas grandes y pequeñas que están dando forma a un ecosistema que puede afectar a los derechos de las personas y al papel mismo de los Estados en nuestras sociedades. Shaake publicaba a principio de este año un libro en el que advertía sobre la posibilidad de que las nuevas tecnologías socaven la gobernanza democrática, cosa de la que se hace eco el propio FMI que en su reciente informe anual de 2024 titulado "Resilencia ante el cambio" alerta sobre los acontecimientos transformativos que se están dando en el mundo y que exigen una respuesta mancomunada, ante cosas como el cambio climático, la digitalización y una revolución de la inteligencia artificial que, ya sea para bien o para mal, podría redefinir la naturaleza del trabajo.

Más de un intelectual, como bien podría ser el caso del Yanis Varufakis, augura que ello acarreará la muerte del capitalismo y el surgimiento de un nuevo orden que define como tecnofeudalismo, al modo que explica un autor como Panos Tsoukalis en un reciente artículo publicado en postliberalismo.

Evidentemente son reflexiones que cabe respetar, aunque resulte llamativo como por parte de muchos siga recurriéndose al empleo de términos como capitalismo para la explicación de algo que posiblemente no sea más que el resultado de un fenómeno mucho más prosaico, como bien puede ser el del propio desarrollo científico y la acumulación de saberes y conocimientos por parte del ser humano.

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