La larga sombra del sistema de exámenes imperiales y la raíz histórica del problema de Needham y el milagro del crecimiento chino
Alentar la actividad económica local y el desarrollo de las PYMES.

El acertijo de Needham plantea la siguiente pregunta: Entre el siglo I a. C. y el siglo XV d. C., la civilización china fue mucho más eficiente que la cultura occidental en la aplicación del conocimiento natural humano a las necesidades humanas prácticas… ¿por qué entonces China no fue la cuna de la ciencia moderna… o de la Revolución Industrial (Needham, 2013)?. El lento desarrollo en estos períodos históricos ofrece un marcado contraste con el milagro del crecimiento de las últimas cuatro décadas de la China contemporánea.

En este artículo, se ofrece una narrativa coherente que asocia el sistema de exámenes imperiales (keju), una institución increíblemente longeva que perduró durante miles de años en la China imperial y que se administraba con el propósito de seleccionar candidatos para la burocracia estatal, tanto con el rezago en el desarrollo económico y científico en las dinastías Ming-Qing como con el milagro del crecimiento de las últimas cuatro décadas de la China contemporánea. Se pensaba que el keju socavaba el pensamiento creativo y crítico de los académicos al incentivarlos a centrarse en responder las preguntas de los exámenes de manera rígida (Lin, 1995, Cho, 2007, Zhu y Chang, 2019), asignando así incorrectamente a los mejores talentos al rígido sistema burocrático y de exámenes (Bai, 2019).

Cuando el keju ya no está en vigor para incentivar a los talentos deja a la China moderna y contemporánea con tres legados históricos: un mayor nivel de capital humano, una cultura más productiva, innovadora y de mente abierta, y una institución favorable al mercado que son todos propicios para la innovación, el espíritu emprendedor y el crecimiento económico.

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